La lluvia un mito urbano

La lluvia últimamente es un fenómeno muy escaso, he llegado a pensar que es un mito urbano.

“Sucedió realmente, o puede llegar a ocurrir, pero nadie parece haber sido testigo directo del suceso”… esto como la lluvia, es un mito urbano.

El mito urbano, como la lluvia, sucede en una dimensión paralela, un plano idéntico al nuestro pero en el que se hace verosímil lo improbable. A veces, el mito urbano es un deseo colectivo, una esperanza, otras veces un temor… una premonición.

Los Temporales de lluvia

Ahora hablemos de temporales, cuando se inician las temporadas de lluvias por lo general se toman algunas medidas preventivas, la mayoría inútiles en realidad.

Una vez enfrentado al hecho que la lluvia se está llevando todo por delante, queda nada más solicitar ayuda. Bomberos, policías o incluso militares, porque a pesar de las medidas “tomadas” la realidad se les revienta en el rostro.

Entonces en medio de la emergencia se  aprueban medidas “temporales”.

Cuando una medida se aprueba con carácter «temporal y transitorio» pero permanece en el tiempo, acaba convirtiéndose en permanente!

En la mayoría de los anuncios hechos en medio de la lluvia por los Empleados Municipales, por un Alcalde o algún suche concierta autoridad, se recurre a las medidas “temporales y transitorias” como caballo de batalla.

La realidad alternativa y el mito urbano

Mientras en la realidad alternativa donde el mito urbano es realidad, el pueblo se sumerge delicadamente en los problemas húmedos dejados por el temporal de lluvia.

Donde las medidas transitorias sirven de poco o nada cuando tu casa o tu automóvil se va bogando rumbo a la desembocadura más cercana o al taponamiento más concurrido.

Ahora mismo en mi país llueve como en la antigüedad, rebalsando esteros y canales robándose o más bien recuperando, el terreno de ríos y lagos a fuerza de taponamientos.

Mientras el Empleado Municipal da miles de explicaciones a los daños provocados por el temporal de lluvia y viento, balbucea insólitas soluciones al desastre que con prevención se hubieran evitado o por lo menos ayudado a capear el temporal.

«Al final cuando llueve todos se mojan».

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