En un post anterior, les hablé de mi primer viaje sola, me ayudó a abrir los ojos a cosas más trascendentes y mágicas, de ahí hago esta pregunta.
¿Qué nos motiva a emprender un viaje ?.
¿una aventura de búsqueda?
No de vacaciones planeadas, llenos de orden y limpieza faltos de emoción, sino de los que nos llaman como un genio embriagador, y que como posesos agarramos unos pocos trapos y partimos a ese destino que de pronto nos habló…

¿Cómo inicias un viaje?
Introspección …
Habemos quienes viajamos para tener tiempo de introspección, y buscamos lo religioso de otro lugares. Otros vamos de viaje por el disfrute, por ver lo hermoso de cada lugar, de probar sabores, colores y amores…una aventura de búsqueda.
Como les mencioné más arriba al viajar sola, una se encuentra consigo misma, hay tiempo para meditar sin interrupciones, de mirarnos al espejo con detenimiento. Observar el mundo con ojos simples y relajados, notas en ti cierto desgano, es normal, estas despertando de algún letargo que te tenía bloqueada, mejorará te lo aseguro.
Respira con tranquilidad, descansa la vista mirando cosas nuevas, siéntete recorrer nuevos lugares e imaginarte en ellos con todas sus idiosincrasias…

Trascender
¿Qué significa trascender?
Para nuestra Real Academia de la Lengua Española, trascender tiene múltiples significados. Entre ellos podemos destacar:
“Despedir un olor que se percibe a gran distancia”. Dicho en otras palabras, hablamos de nuestra esencia característica. Es como una huella digital que no deja dudas de que somos nosotros y no otra persona.
Es aquello que nos convierte en seres únicos e irrepetibles y de nosotros depende su aroma. Podemos hacer que nuestra esencia sea dulce o amarga, fresca o sofocante.
Trascender en este sentido, significa hacer notar tu unicidad, tu particularidad, e implica reconocerse y aceptarse.
Otra forma de entender el trascender es como “el acto de empezar a descubrir algo conocido, algo que estaba oculto”.
¿Puedes imaginarte descubriendo nuevas cosas en ti, nuevas emociones, ideas e incluso nuevos talentos?
No importa la edad que tengas, existe un “Yo” oculto y es aquello que desconoces de ti.
Los viajes son una muy buena manera de darse cuenta de lo trascendente de tu vida. Puedes crecer, y entender la sociedad, aunque no lo creas la sociedad como ente, influye en tu vida como lo haría un ser humano individual.
Es lo que Carl Jung llama la conciencia colectiva.

¿Buscas emociones?
Un viaje está lleno !!
Un verdadero viaje de introspección te llenara de emociones buenas y también de no tan buenas.
Aquí les va un ejemplo, en Paris visité y recorrí lugares bellos llenos de aromas y colores, es decir, lo bello y perfumado…
Llegó la hora de volver al alojamiento y me volví en Metro para conocer otra cara y vayas que la conocí!!
Me habían dicho que «los franceses olían mal…»
¡Cansada me he dormido en el Metro! pero al igual que el gato de Pepe Le Pew, me desperté por un olor nauseabundo, una señora y su esposo olían a gatos arrabaleros!!
Su «olor» me despertó y debí aguantar ese «perfume francés» lo que me restó del camino. Estoica!
Sin embargo, esa emoción no tan buena ( de repulsión) me mostró la realidad de las cosas, los humanos olemos! No importa cuánto perfume o jabón o agua utilices, siempre alguien te olerá de un modo u otro, esa es la realidad de las cosas.

¿Escapar?
Un viaje es el mejor escape si no es obligado!
Todavía en el siglo XIX, viajar era una actividad poco común. Dejar la seguridad del hogar y abandonar el entorno familiar para ir a destinos inciertos y peligrosos era considerado un comportamiento extraño.
Normalmente los enfermos y los tristes se iban de viaje para escapar de una muerte inminente o de la ruina o de cosas peores.
Hoy las personas miden sus ingresos y cuentan sus días laborables en función del próximo viaje.
Las motivaciones de los viajeros varían pero entre las más frecuentes están : escapar de la rutina, dejar las responsabilidades, descansar, relajarse.
Por otro lado, algunos se van de viaje para conocer personas y lugares diferentes, tener experiencias de crecimiento personal, conocer mundo y educarse.
Otras tantas reservan un viaje para divertirse, contactar la naturaleza, generar espacios para la intimidad de la pareja, propiciar encuentros, ganar en perspectiva, etc.
En un mundo con más de un millardo de pasajeros en vuelos internacionales al año, las fantasías de los viajeros son múltiples. Hay, no obstante, una motivación que se nos hace particularmente relevante hoy: el viaje como escape.
¿ Buscar un lugar de tránsito?
La inmigración produce esto…
El sentido de identidad está ligado a un espacio fijo, a los vínculos, el viaje produce un espacio intermedio, un lugar de tránsito .
Si tu viaje es para emigrar afrontarás profundas complejidades en tu noción de identidad.
Las narrativas de pertenencia se alimentan de memorias ligados a la cultura, de vínculos con los padres, los amigos, los lugares, el pueblo, la nación.
Mi hija menor hace casi tres años emigró a un país donde ni siquiera el idioma le resulta familiar. Afrontando las durezas de la vida, al desarraigo y a crear nuevos lazos para su historia de vida, lejos de sus padres y hermanos.
Relegada a conversaciones de madrugada por video mostrándonos su estilo de vida inconexo con el nuestro. Para ella el viaje no fue un escape.
En ese lugar, aun no tiene una raíz que la soporte,
está empezando al revés de nosotros
haciendo crecer sus raíces allá ,
después de ser ya un árbol crecido y derecho.
Esto es estar desarraigado …
Todos los viajes tienen sentido para el viajante, que sólo el entiende y abraza con la sensibilidad que la ha dado ver otros lugares.
Para pocos, el viaje es introspectivo, para muchos sólo un paseo divertido y nada más.
El viaje debe ser para crecer como personas, para desarrollar una mentalidad amplia. El que ve cosas nuevas y las aquilata, que se hace rico con esas experiencias y le hacen mejor ser humano.

“Viajar es la única cosa que pagas y te hace más rico”
(autor desconocido).